De onde veñen os números? Esa foi a pregunta motivadora da primeira clase de mates!
Despois limos unha lectura do incríble Giani Rodari sobre a historia das operacións. Trátase dun dos relatos do seu libro "Cuentos por teléfono": narra a vida dun 8 que adaba convertido nun 12 polas bondades da multiplicación!
Aprobado más dos
- Socorro, socorro - grita huyendo un pobre Diez.
- ¿Qué hay? ¿Qué te pasa?
- ¿Pero es que no lo veis? Me persigue una Resta. Si me alcanza, estoy perdido.
- Anda, perdido…
Dicho y hecho: la Resta ha atrapado al Diez y le salta encima repartiendo estocadas con su afiladísima espada. El pobre Diez pierde un dedo, y luego otro. Afortunadamente para él pasa un coche extranjero así de largo; la Resta se vuelve un momento para ver si conviene acortarlo y el buen Diez puede tomar las de Villadiego, desapareciendo por un portal. Pero ahora ya no es un Diez: sólo es un Ocho y además le sangra la nariz.
- Pobrecito, ¿qué te han hecho? Te has peleado con tus compañeros, ¿verdad?
“Mi madre, ¡sálvese quien pueda!”, se dice el Ocho. La vocecilla es dulce y compasiva, pero se trata de la División en persona. El desafortunado Ocho balbucea “buenas tardes” con voz débil e intenta volver a la calle,
pero la División es más ágil y de un solo tijeretazo, ¡zas!, le corta en dos trozos: Cuatro y Cuatro. Uno se lo mete en el bolsillo, pero el otro aprovecha la ocasión para escapar, regresa corriendo a la calle y sube a un tranvía.
Hace un momento era un Diez -llora- y ahora, miradme. ¡Un Cuatro!
Los estudiantes se alejan precipitadamente; no quieren saber nada con él. El tranviario murmura:
- Ciertas personas deberían tener por lo menos el buen sentido de ir a pie.
- ¡Pero no es culpa mía!- grita entre sollozos el ex Diez.
- Sí, claro, la culpa es del gato. Todos dicen lo mismo.
El Cuatro baja en la primera parada, colorado como un sillón colorado. ¡Ay! Ha hecho otrade las suyas: ha pisado a alguien.
- ¡Disculpe, disculpe señora!
Pero la señora no se ha enfadado; es más, sonríe. Vaya, vaya, ¡si es ni más ni menos que la Multiplicación! Tiene un corazón así de grande y no soporta ver infelices a los demás: se sienta y multiplica al cuatro por tres, y he aquí un magnífico Doce, listo para contar una docena de huevos completa.
– ¡Viva! -grita el Doce-, ¡estoy aprobado! Aprobado más dos.
E ESTAS SON AS NOSAS ILUSTRACIÓNS DO CONTO!
Atopei esta selección de contos de Giani Rodari que podedes descargar picando AQUÍ.
O meu profe da unitaria sempre nos contaba estes contos e ainda recordo o de "Los hombres de mantequilla" que, xa daquela, me chamou a atención!
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